viernes, 24 de agosto de 2012

Estructura de la oración subordinada


Foto: Reparto de "Los Santos Inocentes"




En el jardín del cortijo había un huerto del que salía el sustento de la servidumbre. Sólo comían hortalizas con arroz y, un par de huevos los domingos. La carne era para Navidad, cuando el capataz reponía el gallinero. Entonces, el amo les ofrecía las pintadas añejas y los capones enfermos... No era de extrañar, la súbita cojera y, el padecimiento repentino de algún gallo grueso.


© Ainhoa Núñez

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